Yo Recuerdo: la nostalgia de Génesis


Vine a vivir a Caldes a los 2 años; como a todos los niños nos pasa,  cuando eres pequeña no te acuerdas de las cosas y de quien es cada persona. Yo todavía no sabía quiénes eran mis abuelos, y tampoco los había visto. Mi madre, cuando yo ya tuve una cierta edad, me contó que tengo unos abuelos en mi país y que algún día los iríamos a visitar. . Un día, cuando estaba haciendo deberes, mis padres me dijeron que iríamos a visitar a mis abuelos,  ¡yo me puse tan feliz! Cuando fui a la escuela les conté a mis amigas, pero ellas se pusieron tristes porque me iba a Ecuador. Yo también me puse triste al pensar que no iba estar con ellas, pero les dije que solo me iba un mes y medio. Me acuerdo que les dejé en recuerdo un dibujo que era un delfín; ese regalo significaba que siempre estaría ahí con ellas.
Llegó el día en  que me fui al aeropuerto con mis padres . (Os comento que yo, mis padres y mis abuelos  venimos de otro país, de Ecuador, mis abuelos viven en Ecuador por ese motivo los íbamos a visitar).
El día empezó de la siguiente manera: primero un familiar nuestro nos fue a dejar en el aeropuerto; después fuimos a dejar las maletas, luego nos dirigimos a la consulta para preguntar donde se daban los viajes, y, finalmente, conseguimos subir al avión. Yo estaba  nerviosa e impaciente, quería ver a mis abuelos ya y abrazarlos muy fuerte!
Despegó el avión y, al principio, comencé a tener miedo porque, mientras subía el avión, me empezó a dar un cosquilleo en la barriga.   Era la segunda vez que viajaba en avión. Pasaron horas (porque creo que un viaje de España a Ecuador  son 12-14 horas en viaje); yo estaba dormida, entonces mi madre me despertó y me dijo que ya habíamos llegado. Fuimos al lugar donde tu familia te recoge, en este caso mis abuelos. Al llegar no los encontrábamos.  Yo me puse desesperada y nerviosa de tanta gente que esperaba a su familia y a la vez porque quería encontrar a mis abuelos. Mi madre los vió y me dijo: “ ahí están”; pero yo no podía reconocerlos.  Luego nos dirigimos hacia ellos, los vi y fui corriendo, los abracé y lloré de la emoción de tantos años no verlos. Con ellos y más familiares que habían venido a recogernos, nos nos fuimos para la casa de mis abuelos. Al llegar allí,  nos encontramos con una fiesta de bienvenida:  había muchos familiares que no sabía quiénes eran, pero igualmente me encariñé con ellos. Al día siguiente, yo les pedí a mis abuelos si me podían llevar a sitios  divertidos. Ese día la pasamos en grande;  fuimos a mucho sitios, hasta me hice amigas/os, y regresamos muy tarde a casa. (Por si no lo sabéis la hora de Ecuador a España no es la misma, creo que son 6 horas menos).
Y la razón de que mis abuelos vivan allí, en Ecuador, es porque ellos no tienen unos papeles o documentos para venir hacia España a vivir con nosotros. Y por eso nosotros (yo, mis padres y más familia que tengo aquí) vamos a visitarlos.
Esta situación es muy dura para mí.  Ustedes seguramente tenéis vuestros abuelos con vosotros y los podéis ver cada día. En cambio yo, yo no. Y los extraño mucho a mis abuelos. 







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