El arte de la redacción cuando se es una hermosa rana verde

Si fuérais una rana verde,... ¿Qué escribiríais?
Quizás una autobiografía que acabe en

 "... y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  1. EL ARTE DE LA REDACCIÓN CUANDO SE ES UNA HERMOSA RANA VERDE



    Dicen que mi nombre es Bartola... pero mi madre siempre me llamó Enriqueta... ahora mismo nosé si por estas tierras debería hacerme llamar Bartola o Enriqueta... pero en fin... la cuestión es que hace pocos días llegué a un estanque enorme que parecía estar dividido en varias secciones. De donde yo vengo los charcos son pequeños y asquerosos, aguas tan cristalinas que los dichosos bichos enormes de 2 patas te cogen sin que te puedas escapar, (bueno mi caso fue especial porque, nose cual fue la razón, pero me devolvió al apestoso charco cristalino) Así que por miedo a vivir toda mi vida con el miedo de que me pillaran y me metieran en una especie de cueva transparente de la que no pudiera salir, una mañana me despedí de mi madre, esa que me llamaba Enriqueta, y decidí ir en busca de el charco perfecto.
    Así que después de que la bola roja saliera 2 veces detrás de las montañas que tienen cosas blancas por encima (que no sé porqué, pero las montañas nunca se movían) llegué a un charco enorme, apestoso, marrón (ahora no sabría decir si lo marrón era barro o caca de vaca) pero la cuestión es que aquello era el paraíso, justo lo que estuve buscando durante media vida! Habían muchas más ranas, verdes, naranjas azules... de todas las clases, y no voy a engañarme la verdad es que le eché la lengua a una naranja que tenía unas buenas ventosas en las manos.... Decidí que debía de buscarme una buena casa y la verdad es que la encontré, debajo de una roca con mucho moho había una vieja rana con una hoja que ponía “se alquila”. Decidí quedarme con el habitáculo y la verdad es que tenía unas buenas vistas, ¡el gran charco de aguas opacas delante de mi casa! El remojón que me di para celebrar mi llegada al paraíso estuvo bastante bien porque habían bastantes bichos zapateros por ahí, y jalé bastante... pero cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  3. Soy una rana verde, de ojos saltones y bastante oscuros, patas largas pero musculadas (no como las otras dicen que son), una hermosa barriga regordeta de la que estoy muy orgullosa y unas pequeñas manchitas negras en la frente, de ahí que me llamen Kiwi. La verdad es que no sé mi verdadero nombre, quiero decir, el que pone una madre a cada hijo que tiene cuando acaban de nacer, ya que yo, en el momento que nací…

    -¿Qué es esa luz? -pensaba yo, mientras observaba ése extraño fenómeno- Nunca había visto nada parecido, ya que hacía tiempo (o al menos el tiempo que recordaba) que estaba metida en una especie de bola oscura pero muy calentita, y con buen sabor (ya que de algo tenía que alimentarme). La descripción del fenómeno era: una pequeña grieta en mi casita donde había estado toda mi vida, de la cual entraba una luz muy intensa que hacía que se me dilataran las pupilas. Mi sustento se está rompiendo delante de mis ojos sin que yo pueda hacer nada. En fin. Salgo de allí y me siento, no sé cómo contarlo, más libre, sin ése dolor de espalda por estar acurrucada todos los días. Fuera, todo es más bonito. Aunque no sé dónde está mi madre ni mis hermanos, hay mucho color, y ruido, pero necesito un sitio en donde no se me seque la piel tan rápido. Necesito una charca. En busca del agua, me tropecé con una hermosa mosca, verde y brillante, que tenía muy buena pinta. Me coloco bien mi preciosa barriga, y me dispongo a cazarla. Abro los ojos, a la vez también la boca, saco la lengua y… ¡zas! Ya está en mi boca. Mmmmmm… dulce y crujiente. Tal y como me había imaginado. Con la tripa llena, sigo con mi búsqueda. A pocos saltos de allí, estaba mi charca, esperándome. Cuando llegué, me parece preciosa. Un agua verde, con nenúfares lo suficientemente grandes como para que quepa y no se hundan, unas cuantas moscas pequeñitas para picar… Es perfecta. Pero justamente en ese momento, después de meterme en el agua y remojarme un poco, salgo del charco y me agarra una asquerosa humana princesa, que empieza a darme besos para ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  4. Mi vida es complicada, nací con la lengua más corta de lo normal, y eso para una rana no es precisamente una ventaja. Además mi nombre tampoco ayuda. Me llamo Serpi Ente. Y claro, siempre pasa lo mismo, normalmente siempre estoy en mi charco, como me gusta mi charco! Es lo que mas me gusta de todo el pantano, y cada dia, mi hermana me viene a buscar para que finalice mi baño. Pero cuando me llama mi nombre se le pega, y acaba dando la alarma de depredadores.
    -SeerpiEntee! SeerpiEntee!
    Total, que medio bosque sale corriendo, o mejor dicho saltando.
    Por eso tome la decisión de que nadie me molestara durante mi baño en el charco, pero de pronto comencé a oír ruidos extraños, sentía el aroma de los repugnantes humanos, así que decidí huir lo mas rápido posible para que no me vieran. Y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  5. Yo era una pequeña rana verde llamada Josefa. Nací el 29 de octubre del 1995, en una charca situada alrededor de la ciudad de Santa Coloma de Gramanet. Allí vivía con mis padres y mis hermanos José y Javier. Al cabo de 5 años de rana que son equivalentes a 20 años de un humano decidí independizarme y venir a vivir a una de las mejores charcas de Moià. Mis padres me apoyaron en todo momento, me pagaron la entrada a la charca, los muebles, la cocina, todo, la verdad; se portaron como unos verdaderos padres.

    Mi vida de rana era paradisíaca; me lo pasaba perfecto, hacia lo que quería: iba con mis amigas y mis amigos a croar por los pantanos, me gustaba comer el mejor plancton del pueblo, bañarme en las mejores charcas de agua dulce, etc. Hasta que un día llegó una princesa al pueblo. Me dijeron mis compañeros de charca que si salía me podía agarrar y darme un beso. Yo, atemorizado, no salía de mi charca por miedo a convertirme en un asqueroso príncipe.

    Pero un día decidí salir para ir a la cabina de teléfono a llamar a mis padres. Apenas asomé la cabeza, vi un gran zapatito de tacón que estaba a mi lado. Intenté camuflarme, pero me vio. Y cuando salí de la charca me agarró la asquerosa humana princesa y
    empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo
    humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  6. Me llamo Crazy Frog y soy una rana verde.
    Nací el 4 de Mayo de 1995, en una charca cerca de Granollers.
    Mi vida era peligrosa, por qué tenia que vigilar que los humanos no me pisaran y todo tipo de peligros como por ejemplo: que algún bicho mas grande que yo no me haga daño o cosas así.
    También era complicado porque tenía la mitad de la familia en charcas de Mallorca, y casi nunca los veía.
    Cuando me aburría, saltaba de hoja en hoja para haber si podía pillar algún bichito grande: pero si no me conformaba con moscas o mosquitos, aunque no era tan divertido.
    También me gustaba jugar con los vecinos que vivían en la charca de al lado : Los Espargaró, me lo pasaba muy bien con ellos.
    Pero había mas todavía. Mas arriba de donde vivía, habían unos vecinos que no me llevaba nada bien con ellos. Los Iannone. Siempre nos estábamos peleando, pero sobretodo por la comida. Y también todo se convertía en una competición: haber quien llegaba antes a casa, o quien cazaba el bicho mas grande , tonterías de esas.
    Me acuerdo de que mi mayor viaje era el de ver a mi familia, Los Lorenzistas, ya que vivían en Palma de Mallorca. Como decía de que mi vida era bastante activa, siempre por ahí y por allá, y haciendo bastantes viajes.
    Todo mi vida era perfecto hasta que un día cuando salí del charco
    me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  7. Mi vida es complicada, nací con la lengua más corta de lo normal, y eso para una rana no es precisamente una ventaja. Además mi nombre tampoco ayuda. Me llamo Serpi Ente. Y claro, siempre pasa lo mismo, normalmente siempre estoy en mi charco, como me gusta mi charco! Es lo que mas me gusta de todo el pantano, y cada día, mi hermana me viene a buscar para que finalice mi baño. Pero cuando me llama mi nombre se le pega, y acaba dando la alarma de depredadores.
    -Seerpi Entee! Seerpi Entee!
    Total, que medio bosque sale corriendo, o mejor dicho saltando.
    Por eso tome la decisión de que nadie me molestara durante mi baño en el charco, pero de pronto comencé a oír ruidos extraños, sentía el aroma de los repugnantes humanos, así que decidí huir lo mas rápido
    posible para que no me vieran. Y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  10. Soy una rana verde llamada Bertufla, nacida el 25 de enero, tengo unos ojos saltones y rojos, con una barriga grande, orgullosa de ella y patas grandes.
    Mis padres se pasan todo el día durmiendo y yo me paso el día jugando con mi hermano Antonio y con los hijos de la familia Darone. La mayoría del tiempo nos la pasamos saltando de charca en charca, cazando moscas y molestando a las otras familias de ranas verdes, que es lo que mas nos gusta hacer, pero esas ranas nos odian. Cuando mi hermano y los hijos de los Darone salen saltando rápidamente, yo no puedo hacerlo porque tengo una barriga tan grande que no me lo permite.
    Un día, mientras saltábamos y saltábamos, nos pasamos las charcas de las ranas verdes y entramos en las charcas de las ranas azules y nos obligaron a quedarnos en sus charcas durante un tiempo, porque las ranas verdes tenemos prohibido entrar en sus charcas, y ellas en las nuestras. Nos obligaron a hacer lo que nos dijeran ellas. Yo echaba muchísimo de menos las ranas verdes, mis padres, los vecinos, mis charcas, los días saltones... la felicidad. Cuando por fin nos escapamos de esas charcas, volvimos corriendo con nuestras familias y volvimos a hacer nuestra vida de siempre.
    Cuando los Darone, mi hermano Antonio y yo volvimos a salir a saltar de charca en charca, a molestar a las otras ranas... decidí salir un momento de la charca para descansar un rato y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  11. Ranas, esos bichos tan asquerosos, tan repulsivos, tan raros, me dan escalofríos.
    Eso pensaba yo antes, pero ahora que se como viven, como son y como no, y porque actúan como actúan, son los animales que mas admiro. ¿Como se todo eso? Pues los se porque por cosas de la vida ahora soy una. El primer día no sabía como actuar, ni que hacer, no sabía nada. Me daba asco a mi mismo, pero como no podía hacer nada al respecto me aguante e intente aprender a vivir lo mejor posible como la asquerosa y repulsiva rana que era. Así que decidí ir a una charca cercana conocía. Una vez allí me encontré con un par de chicos tirando piedras a las ranas. Como yo hubiese echo lo mismo pensé que esos chicos podrían ayudarme, y por lo tanto fui hacia ellos. Me plante delante de sus narices y les conté lo que me había pasado. Lo primero que hicieron fue... ¿ayudarme?, no, lo primero que hicieron fue tirarme una patada e irse riendo. Aquí me cambió el pensamiento en un abrir y cerrar de ojos. Comencé a comprender las ranas, su forma de vivir y el sufrimiento diario que sufren. Una vez que los chicos se habían ido nos reunimos todas en la charca .Les conté lo que me había pasado con un poco de miedo (ya que la ultima vez que lo intenté casi me matan). Pero fueron todas muy comprensivas y me dijeron que me ayudarían a aprender como sobrevivir. La primera vez que me comí una mosca (o que lo intente) no sabia si morirme de asco o morirme de dolor por los azotes que me pegaba con la lengua. Estaba tan cansado que me lancé de cabeza a la agua pero lo que no tuve en cuenta fue que ahora era una rana y que todo era diferente. ¿Como iba a saber yo que nadar con cuatro patas era mas difícil que nadar con brazos y piernas?. Me pasé tres días seguidos en el agua intentando aprender a nadar, y por fin lo conseguí. Y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  12. Mi nombre es Mak Rani. Soy una rana. Nací en un pequeño pantano cerca de Ranaland. Viví allí toda mi infancia como renacuajo. Me pasaba todo el día jugando con mis amigos al pilla-pilla. También comparábamos el tamaño de nuestras cabezas (no quiero presumir pero siempre ganaba yo). Incluso una vez llegamos a esconderles los huevos a los peces, pero esto es otra historia.
    No tardé mucho en empezar el cambio. Me empezaron a salir las patas traseras y en poco tiempo las delanteras. Fue entonces cuando empecé a salir por las noches con mis colegas. Normalmente íbamos a un pequeño charco que había cerca de allí. Al principio nuestros padres tenían que llevarnos pero al cumplir los 10 meses me compré mi primer ciempiés. A partir de entonces mi vida empezó a cambiar. Me compré un charco para vivir con mi novia. Era pequeño pero suficiente para vivir los dos.
    Poco después nos casamos. Fue una ceremonia bastante grande. Invitamos a peces, cucarachas, ranas, sapos, salamandras, etc. Celebramos la boda en un nenúfar para que tanto los animales acuáticos como los terrestres pudieran venir.
    Desafortunadamente, mi mujer se fue con un sapo viejo rico. Aunque, pensándolo mejor, esa rana asquerosa no merecía la pena.
    Decidí pasar página y empezar una nueva vida. Me pasé unos días de fiesta y luego unos días durmiendo. Me di cuenta de que era mucho mejor la vida de rana soltera. Así que me propuse gozar de la vida. Iba de charco en charco con mi ya viejo ciempiés. No paraba quieto en todo el día.
    Pero un día, estaba yo tan feliz en una charca de Lakaland, cuando vi una sombra gigante fuera de la charca. Estaba un poco asustado pero tenía mucha curiosidad para saber qué era. Empecé a nadar hacia la silueta y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

    Gisela Soler

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  13. EL ARTE DE LA REDACCIÓN CUANDO SE ES UNA HERMOSA RANA VERDE


    El primer rayo de luz del día me rompía el sueño, maldito sol, maldita luz, maldito charco repugnante y apestado, maldita vida, maldito todo... No estoy de humor, ¿Las ranas tienen humor? No creo... ¿O sí? ¿En serio? No lo sabía... Pero si no tengo memoria! Creo... Bueno, mejor no recordar. ¿Es necesario recordar? Desde luego que a mi no me hace falta, ¿Para que recordar? ¿Para revivir los mejores momentos? ¿Qué momentos? Mejor no recordar que llevo toda mi vida dentro de un charco sucio y lleno de basura que arrojaba la gente, los humanos son muy sucios y despreocupados. De vez en cuando se acercaban unas princesas que venían a jugar a lado del charco, una tarde las oí decir que si le debas un beso a una rana, esta se convertiría en un humano príncipe. Cuando oí lo que decían me quede de piedra, ¿Cómo una preciosa ranita verde se podía convertir en un repulsivo príncipe humano? Esta idea me horrorizaba... Pensándolo mejor, no sería tan malo, si fuera un humano saldría de esta asquerosa charca. Me puse encima de una hoja viscosa llena de algas y seguí escuchando a las princesas. Estaban pensando en buscar un lugar donde hubieran ranas para coger una para cada princesa.

    De golpe un mosquito me rozó el muslo, ¡Qué descarado! Y del susto que me dio se me escapó un gemido: Cruak! Les niñas se giraron y se acercaron al estanque, yo me escondí en seguida debajo de la misma hoja donde estaba antes. Esperé. Pasó un rato. Pasó un rato más. Y otro rato más. Y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!


    Laia Requena

    4t ESO D

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  14. EL ARTE DE LA REDACCIÓN CUANDO SE ES UNA HERMOSA RANA VERDE:

    Un día de sol por la tarde, estaba con mi amiga Anita, mi mejor amiga. Estábamos en mi lago favorito jugando a un juego que nos gusta a las dos.. le pusimos “atrapamosquitos”. Es un juego que consiste en comernos todos los mosquitos que encontremos. Estábamos jugando cuando, de repente, noté una presencia extraña. Una serpiente nos perseguía! Nos pusimos a correr muy rápido hasta que nos metimos en el hueco de un pino al que siempre íbamos de pequeñas. Nos encantaba! La serpiente era grande y no podía pasar,; nos quedamos un rato por ahí y cuando ya no estaba la serpiente salimos con cuidado y nos fuimos a casa de Anita. Allí su madre nos preparó crías de moscas con salsa de mosquito. “Mmmh”, estaban deliciosas! Yo me tenia que ir mi casa porque mi madre me había dicho que a las 8:30 estuviera en casa. Me fui, y por el camino me metí en un charco que me encanta y estuve un rato allí.
    Pero cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se estaba de rana en la charca!

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  15. El arte de la redacción cuando se es una hermosa rana verde:

    Recuerdo con nostalgia aquellos días dentro del charco de agua turbia. Junto a los peces, las algas y los mosquitos. Con el barro que me ensuciaba las patas, y con el sol que me quemaba la espalda. Recuerdo a las otras ranas saltando felices los días de lluvia, y durmiendo tranquilas en la orilla los días de más calor. Recuerdo los ratos que nos pasábamos cantando, por la noche en sintonía con los grillos y los búhos, y durante el día con los insectos y los pájaros. Recuerdo también las historias que nos contaban las mas viejas, historias de valientes sapos, historias de largos viajes al otro lado del charco y historias terroríficas de asquerosas princesas humanas, que hacían llorar a las mas pequeñas y que dejaban sin palabras a las otras. Había una rana, la mas vieja, de la cuál se rumoreaba que tenía ya más de veinte años, y que estaba medio loca, que siempre contaba la misma historia; decía que un día, al salir del charco, la agarró una humana y le empezó a besar:“me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe”. Cada vez que llegaba a este momento de la historia, las ranas gritábamos y nos acurrucábamos todas juntas, muy asustadas.
    Recuerdo también los largos ratos que nos estábamos viendo las nubes pasar, y las deliciosas meriendas de moscas y mosquitos. Recuerdo que de vez en cuando algún animal despistado venía a beber en nuestro charco. Recuerdo los patos. Recuerdo los pequeños ranacuajos. Recuerdo. Y también recuerdo aquel día, que nos despertaron los gritos de algunos pequeños humanos, me parece que había diez, quince, a lo mejor hasta veinte. Llevaban unos palos largos con una red en el final, y poco a poco, se acercaron al charco. Después no recuerdo muy bien que pasó, oí los gritos de los niños, mezclados con los de mis compañeras, ví redes a mi alrededor y una gran cantidad de cuerpos verdes que se movían desesperadamente intentando escapar. Luego, juntamente con un par de compañeras más, caí en un charco más pequeño, rodeado de una pared de plástico azul. Había muy poco espacio allí dentro, y las tres ranas nos movíamos intentando escapar y volver a nuestro charco, dando patadas sin parar. Después vinieron las fuertes sacudidas y luego creo que perdí el conocimiento, porque no recuerdo nada más. Cuando desperté estaba dentro de otro charco, este con las paredes transparentes, a través de las cuales podía ver, aunque de forma poco clara, las sombras de aquellos asquerosos pequeños humanos que nos habían alejado de nuestro hogar. Las otras dos ranas estaban tanto o más asustadas que yo, ninguna de las tres decía nada, solo observábamos, sin saber qué iba a pasar.
    Pasaron un par de días y todo siguió igual, de vez en cuando algún niño, vestido con un especie de vestido blanco, se acercaba a nosotras y daba pequeños golpes en la pared del charco, hasta que la humana mayor le llamaba la atención y le hacía sentarse de nuevo. Por las noches los niños desaparecían, y podíamos descansar un poco, pero la mañana siguiente volvían, con sus gritos y sus horripilantes risas. Una tarde ví que la humana mayor, también vestida con un vestido blanco, se acercaba al charco. Entonces puso su asquerosa mano dentro del agua e intentó cogerme, pero me escabullí, así que cogió a la otra rana de mi lado, que no tuvo tanta suerte como yo. La agarró por una pata y se la llevo. En aquel momento, sin darme cuenta del brillante bisturí que reposaba encima la mesa, pensé en la historia de la vieja rana, y esperando que la humana empezara en cualquier momento a besuquear a mi compañera, resonaron las palabras de la rana en mi cabeza:
    “Y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!”

    Clàudia Illa, 4t D.

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  17. Pepe, si, ese soy yo. Una ranita verde, que vive en un precioso charco, bueno, precioso no sería la mejor palabra para describir este lugar. Supongo que uno ya se acostumbra a vivir en una charca de agua, con esa agua con cosas verdes flotando, con eses malditos bichitos asquerosos que se me ponen por encima y con todos mis 50 hermanos pequeños. Antes cuando era un renacuajo mi vida era lo mejor, estaba en la charca con mis 50 hermanos, jugaba con ellos, como uno mas, pero...
    Con esa suerte que tengo yo siempre, cuando deje de ser un renacuajo y me convertí en una preciosa rana, con mis patas largas verdes relucientes… Un día estaba con mis 50 hermanos, ellos siempre han sido muy curiosos, así que decidieron ir a explorar la charca (nuestra madre, siempre nos decía que fuésemos responsables y que no nos alejáramos de ella) Yo, siempre era el único que pensaba en lo que nos decía ella, pero siempre acababa haciendo lo mismo que ellos para no ser diferente.
    Aquel día, una vez más me fui con ellos a explorar, cuando de repente me choqué con una cosa rugosa i gris, me giré i vi un enorme pez. Aquel mismo monstruo fue el responsable de que ahora sea conocida como “LA COJA”. Ese enorme pez me quito una de mis preciosas patas largas verdes y relucientes!
    Y eso no es todo! Mi mala suerte no acaba aquí, aquel día era feliz , ya tenía lo de la pata superado (la depresión estaba curada) y me sentía bien en mi charca con mis amigos, mis hermanos, y ya acostumbrado a convivir con eses bichos asquerosos, decidí ir a dar un vuelta por la charca, Y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!”

    Júlia Prats.

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  18. El arte de la redacción cuando se es una hermosa rana verde

    Hola, soy una rana me llamo... espera pero si las ranas no hablan!
    Yo con mi traductor os voy a contar la repelente historia de mi primer beso.
    Yo me acababa de independizar de mi familia para ir a estudiar, claro yo vivía en la edad media y claro con tantas historias de princesas y ranas que se besaban, cada día alguna de nosotras caía en la trampa y ya tienes a la princesa dando besos para ver si alguna se convertía en príncipe. Era muy difícil salir de nuestra charca porque siempre tenias a muchas princesas vigilando para ver si salías.
    un día paseando de charca en charca vi a una asquerosa humana, era horrorosa, pero me vio y me intento coger pero no pudo porque las ranas resbalamos mucho, me intento perseguir pero yo me escondí dentro de una charca.
    Ella estuvo un esperando a ver si salía pero como todas la charcas están unidas por calles subterráneas me escape y salí por otra charca que había por ahí.
    Al cabo de unos días la volví a ver pero ella no me vio o eso creía yo. El caso es que cuando salí del charco me agarró la asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!


    Roger Tarter 4t C

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  19. Hola soy una rana verde y me llamo Emilia. Nací en un pueblo llamado, espera, no me acuerdo, bueno estaba al lado de una agua turbia muy asquerosa y con plantas ( creo que se llama estanque). Bueno, la cuestión es que acababa de nacer y ya tenia ambre y ya que mi madre no se quién es y no me podía dar de comer me puse a cazar moscas con la mano, pero eran muy rápidas y se ponían sobre del agua, entonces me di cuenta de que tenia una larga lengua muy enganchosa que servia para cazar. Usé la lengua y conseguí cazar dos o tres moscas pero no llegaba a las del centro del estanque, así que vi que tenía unas patas que me daban la oportunidad de saltar alto y silenciosamente así que fui de planta en planta hasta quedarme lleno. Una vez lleno y sin hambre, me puse a andar a saltitos por el bosque, vi todo tipo de animales diferentes, una serpiente, un pájaro y uno que me di cuenta que trabajaba sin parar: eran hormigas. Una vez llegué al final del bosque encontré una calle que llevaba a un hotel “no sé porqué la gente se asustaba de mi y decía que daba asco” bueno serán los humanos que están un poco locos. De repente encontré un agua calentita, con burbujas que salian de dentro así que me metí, se estaba muy agustito y de repente empezaron a sentarse personas encima de mi ( qué dolor!). En ese momento me asusté y me fui a esconder al fondo de una charca cristalina. Cuando me tranquilicé salí del charco, y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  20. Nací en un lago pequeño, sucio y lleno de peces idiotas.
    Mi mamá siempre me decía que yo era el más guapo de todos los renacuajos del lago, pero yo seguía pensando que mi cabeza era más grande de lo normal. Esperaba con ansia que pasaran esos tres meses agotadores de ser un simple renacuajo, tenía ganas de fardar delante de las renacuajas más hermosas del pueblo siendo una magnifica rana.
    Había llegado el gran día, a mis compañeros se les empezaron a salir las patas de atrás e iban saltando por encima el agua. A mí no.
    Ya empezaba a estar preocupado. Era el único al que aun no le habían salido las patas traseras, y como era de esperar, todos se reían de mí.
    Al cabo de dos largas semanas las patas traseras habían hecho su aparición.
    Y no eran unas simples patas, no! Estaban bien dotadas de músculos que las rellenaban marcando unas formas perfectas. Eran largas y esbeltas, teñidas de un fabuloso color verde con hermosas rallas en color negro azulado. Por fin empezaba a ser una ranita como Dios manda.
    Mi cuerpecito marrón oscuro en seguida empezó a aumentar de tamaño y a mejorar la forma, también como las patas traseras, me empezaron a salir las de delante y todo mi cuerpo empezó a recubrirse de una piel brillante y suave.
    Mi vida de renacuajo cabezón había dado su fin para dejar paso a la fabulosa vida de rana. Me encantaba poder pasarme las tardes sobre las piedras húmedas del lago tomando la fresca con mis amigos. Pero esa felicidad no duró mucho. De Dios sabe dónde, un buen día, si se le puede llamar así, una asquerosa humana vestida de forma extravagante se sentó al lado del lago y empezó a gritar, o como los humanos dicen, a cantar. Por culpa de esos estridentes gritos todos mis amigos empezaron a dar ancadas hasta llegar a la verdosa agua del lago, viendo que me estaba quedando solo empecé a dar ancadas yo también, pero mi pata trasera falló en el moho de la roca en la cual hice el último salto y aquella asquerosa humana me cogió al aire. Me resistí, pero la asfixiante olor que hacia su pelo y su cuello me atontó de tal manera que todo empezó a dar vueltas. La pobre muchacha, que debía tener algún tipo de tic nervioso empezó a hacer cosas muy raras con los labios, de tal forma que se le quedaron hacia fuera, apretaditos y brillantes.
    Así fue como empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

    Xènia Mas Roger
    4t ESO-D

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  21. El arte de la redacción cuando se es una hermosa rana verde:

    Yo soy una rana de lo mas normal. He dedicado toda mi vida a la charca. La charca ha sido y será mi casa de siempre. Aquí, se está muy tranquilo, nunca ha pasado algo extraño y si pasa algún día, me alertaría mucho.
    Un día inesperado, me levanté temprano por la mañana y empecé a notar cierta presencia a mi alrededor. La notaba pero no la veía. Miraba y miraba a mi alrededor pero no veía a nadie. Estuve bastante confusa un buen rato hasta que, de repente, un grande tacón de princesa me aplastó, me dió en toda la cara. Estuve inconsciente unos cinco minutos. Me levanté y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

    Iker Romero Hernández.

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  22. Era una mañana cualquiera, de un día cualquiera, a una hora cualquiera. Los cálidos rayos de sol se filtraban por las pocas nubes que manchaban el precioso cielo azulado y los pájaros cantaban sus odiosas melodías que, por mala suerte, eran las que nos despertaban todas las mañanas. Con lo bien que se está durmiendo en la orilla de la charca, bajo los arbustos húmedos por el rocío de la noche... No tengo más remedio que despertarme y darme un chapuzón en la fría agua de la charca.
    Me zambullo bajo el agua y nado entre las hojas del fondo. Saludo a las truchas que, como siempre, van vestidas con sus elegantes trajes dorados y voy a visitar a los renacuajos.
    Vuelvo a salir y me tumbo encima de un nenúfar a tomar un poco el sol, cierro los ojos pero una mosca que está rondándome no deja dormirme por culpa del molesto ruido de sus alas. Ya se que hace unos días que me propuse adelgazar y que dije que dejaría las golosinas y el picoteo entre horas pero, no creo que por una... Espero a que la mosca se acerque y saco la lengua sin que a ella le dé tiempo de huir. Tiene un sabor algo picante, pero está deliciosa.
    El día iba transcurriendo como otro cualquiera, y yo, entre salto y salto, iba pensando en como estaría mi mujer de la cual hacia días que no tenía noticias.
    Era ya medio día y a esas horas y en pleno verano, no es bueno estar tomando el sol, así que decidí tirarme al agua para refrescarme un poco e irme bajo unos arbustos a descansar pero justo en el momento en que salía de la charca, me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!


    Laura Riera Ferrón
    4t ESO-C

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  23. EL ARTE DE LA REDACCIÓN CUANDO SE ES UNA HERMOSA RANA VERDE

    Hola, soy Pepa, una rana verde fluorescente que vive en una de la charcas mas importantes del País, verdaderamente soy muy peculiar por mi estilo de vida hippy e irresponsable. Soy una de esas ranas a las que le da igual lo que pase en el mundo sólo me preocupo de fiestas amigos y, si se puede algún que otro ligue. Nací el 7 de Julio de 1999, Una fecha muy especial en mi barrio porque se celebra el día de la rana enamorada, es decir que toda rana que le guste alguien va y le invita a darse un baño en lo que seria el jacuzzi de la zona, que es una pequeña charca con el agua muy negra que esta calentita.
    Ahora os presentare a mi familia compuesta por 25 hermanos de los cuales no recuerdo el nombre de todos, mi madre llamada Paca y mi padre llamado Paco (los nombre, de mis padres y todos mis hermanos empiezan por la letra P, no me preguntéis porque). Suerte que ya me he independizado porque mi madre es una cansina con todo eso de la limpieza y el orden. Ahora vivo en un piso con un par de amigas.
    La verdad es que estos dos últimos años, la suerte no ha ido con migo. El año pasado el día de mi cumpleaños, estaba yo en mi casa arreglándome para salir a una cita que tenia con un sapo llamado Rodolfo para pedirle que saliera con migo.I eso que salgo yo de casa y pise una mierda, me tropezó y encima me estampe contra el suelo, y en ese mismo instante paso dando saltos en sapo de mi vida y me vio ahí toda guarra y manchada y con una olor no muy agradable, la verdad es que izo como si no me hubiera visto. Me duche como tres vezes antes de salir de casa ya media hora mas tarde de la que habiamos quedado. Llegue a mi cita en un momento, ahí me volví a tropezar de los nervios y a hacer el ridiculo, pero bueno creo que todavia no o habia convencido para que se marchara corriendo, me saludo con dos besos que me dejaron embobada como diez min. Para arreglarlo todo mas tubo que pasar mi padre a traerme la merienda y, él como siempre con sus bromas de cabernicola, pero bueno consegui que se marchara. Rodolfo me convenció para que fuera con él al famoso jacuzzi de la zona para darnos un chapuzón, cuando estabamos alli és se metio primero , y yo me tire de golpe detras suyo, entonces a causa de las lentejas de la noche anteriror (que me mando mi madre en un taper) hizo que se me escapara uno de esos gases que salen y lo estropean todo... y, entonces si que el pobre rodolfo salio patas arriba hacia su casa cagando leches. I ...es que asi es mi suerte. Hoy he decidido volver a ese charco, y cuando ya salia me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  25. Paula Huertas Hueso

    Soy una hermosa rana verde, nací en una gran charca en la ciudad de Cervera.
    La charca en la cual vivo es hermosa y grande.
    Me encanta esta charca es muy tranquila, bueno, solo hasta que llega el momento en que intentan cogerme algunos asquerosos humanos. No se porqué lo hacen, mis amigos más sabios cuentan que es porque les divierte. Sea por lo que sea, no me gusta, es molesto.
    Me encanta observar, sentado en los nenúfares, todo lo que hacen mis amigos, pero también tengo que vigilar porqué justo cuando estoy más relajado, vienen los niños a jugar al lado de la charca, y ha alguno a veces se le escapa una cosa redonda, un poco dura, a cuadros negros y blancos, la cual cosa dicen llamarle pelota, y me llevo un buen golpe.
    Lo que más me gusta hacer, aparte de cazar insectos es salir a saltar con mis amigos cuando llueve, me encanta. Pero en cambio odio cuando hace tanto calor en las tardes de verano, es agobiante, no puedo salir de la charca, porque me muero de calor.
    Me encanta comer todo tipo de insectos, aunque no tengo mucha facilidad para conseguirlos, (porque las ranas más grandes que yo los atrapan antes) me gusta cazarlos.
    Mis días en la charca son entretenidos, y soy feliz. Aunque a mi alrededor hay muchas cosas extrañas, como por ejemplo: palos largos y altos con una bola que a primera vista parece blandita, los cuales dicen llamar arboles.
    Como ya he dicho antes, me encanta salir a saltar con mis amigos cuando llueve, por eso aprovecho el día de hoy, que llueve un poco, para salir con mis amigos. Empezamos a saltar por toda la charca, hasta que decido salir a descansar un poco. Cuando salgo del charco me agarra una asquerosa humana princesa y empieza a darme besos a ver si me convierto en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  26. EL ARTE DE LA REDACCIÓN CUANDO SE ES UNA HERMOSA RANA VERDE


    Soy una rana verde con manchas amarillas con la particularidad de una pequeña mancha negra en el dorsal. Llevo toda mi vida (creo que son 3 años) que todos me llaman Rene, la verdad es que no sé porque me llaman así, pero, no se… me gusta. Mi vida siempre ha sido muy rutinaria; cuando la luz se enciende me despierto. Como. Doy un par de saltos. Como. Paseo por la charca. Me escondo de los animales gigantes de dos patas. Como. Y cuando la luz se oscurece, duermo. Día tras día, siempre lo mismo. Por eso, hoy quiero que mi vida cambie, y me mudare a la charca cuatro.
    De camino a la charca cuatro, una mosca deliciosamente apetecible, se cruza por mi camino, y sin dudar la sigo, hasta alargar mi viscosa lengua y sentir su pequeño cuerpo en mi boca. Estaba deliciosamente deliciosa… pero sin darme cuenta veo que he llegado a un pequeño estanque, de nombre “balsa de la flor” que nunca había sido nombrado en la charca dos, mi charca, mi antigua charca…
    De golpe veo que, este estanque está lleno de flores (creo, que por esto se llama “Balsa de la flor”), en medio, una rana grande, de un color verde fuerte y hermoso, terriblemente atractivo…Sus ojos saltones, negros azulados, me miran fijamente, mientras brinca hacia mí. Cuando tenía la intención de preguntarle en donde está el charco cuatro, un animal de dos patas lo caza, con uno de sus innovadores inventos gigantes. Salto para esconderme entre unos hierbajos al lado del estanque, y observo, si mi príncipe verde puede salvarse. El animal de dos patas es más pequeño de lo normal, todavía no está en la fase de asesino mortal de nuestra civilización. ¡¿Pero… que está haciendo?! ¡Está intentando comerse a mi príncipe verde! ¡Un momento… no puede ser… lo está besando!
    ¿Esto no será una nueva generación donde todas las especies se mezclan no? ¡Yo no quiero casarme con un animal de dos patas gigantes! Esto es el fin…

    Paula Cortada Marín
    4rt ESO C

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  27. El arte de la redacción cuando se es una hermosa rana verde



    Hola, soy la ranita Anita, y soy de un precioso color verde brillante. ¿Mi edad? La verdad no tengo ni idea. Lo que se es que he pasado muchos momentos malos al igual que muchos buenos.
    Me acuerdo una vez que estaba yo tan tranquila en mi hermosa ciudad, se llama la Ciudad de Cristal, (Le llamamos así porque cuando amanece y los primeros rayos de sol tocan el estanque parece un lago de cristal hermosísimo.) y llego un raro ser vivo gigante, de cuatro enormes y largas patas, una hermosa melena y un gran cuello y cabeza. Me quedé sorprendida y la vez enamorada de aquel hermoso ser. Fue entonces cuando aquella hermosa criatura bajo su cabeza hasta mi y me preguntó si había alguna pradera cerca. Le conteste que había una a unos pocos kilómetros y de paso le pregunte que hermoso ser era. Me contesto que era un caballo español, el más bonito de su raza. Me quede prendada de aquel hermoso caballo……. y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

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  28. El 1 de enero del 2009 me convertí en una humilde rana, era una rana con ganas de vivir tranquilamente en una charca no muy grande pero con mucho verde alrededor, me llamaban “Ranonco” y mis 4 amigos: Ranaca, Raneco, Racuático y Randonzuelo ellos me seguían a todos los charcos que visitábamos, estuvimos años detrás del charco perfecto hasta que un día: Randonzuelo hizo una propuesta. Ir a una charca en un pueblo tranquilo y muy húmedo, yo le dije que si es como el decía nos quedaríamos allí, llegamos por la noche a un valle muy húmedo pero como la luz era escaza no pudimos ver en que situación nos encontrábamos y decidimos quedarnos a descansar en ese valle, al día siguiente al despertar por la luz del sol pudimos apreciar el valle, era hermoso con un gran castillo cerca del charco al cual Randonzuelo nombro anterior mente, estuvimos 3 días investigando el charco. Decidimos que era el charco elegido, era perfecto nos sumergimos y cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!

    César Zuñiga

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  29. La gente dice que me llamo Pepita, pero prefiero que me llamen Pepi. Aunque ahora mismo, mi madre me llama Bratislaba, que es el nombre de mi hermana “perfecta”. Si, soy la típica persona patosa, medio tonta que tiene una hermana guapa e inteligente.
    En fin, la cuestión no es que sea la, por decirlo de alguna manera, “Friky” de la familia, sino que la cuestión es que hace poco, dando saltitos buscando algún lugar donde caerme muerta, llegué a un estanque enorme.
    La verdad es que no estoy acostumbrada a los estanques grandes, ya que mi vida siempre ha seguido la misma rutina: me levanto, pego un saltito y ale, ya estoy en un charquito pequeño y asqueroso y ahí me paso todo el día tumbada al sol y, de vez en cuando, sacando mi pegajosa lengua y casando un bichito enano que vuela por ahí.
    Sigamos a lo que iba: el hecho de que mi rutina fuera la de pasarme el día en un estanque pequeño, no creo que me acostumbrara a estar en uno de grande, con sapos morenos de ojos azules, por lo tanto, decidí ir en busca de “el charco perfecto”.
    Mmm... Aguas asquerosas, marrones y apestosas, oh si... esa era mi idea de charco perfecto.
    Tres saltitos. Tres saltitos, seguidos de doscientos cincuenta i cuatro saltitos i medio más. Eso es lo que tardé en encontrar “mi charco perfecto”. Era tal i como quería: Apestoso, con aguas marrones y pequeño. Me encantaba. Solo me faltaba una pequeña cosa… un hogar cerca de ese perfecto y acogedor charco.
    ¿Lo mejor? Que solo me hicieron falta seis saltitos i medio para encontrar un cartel que ponía: “Alquiler de abajeros. Tenemos de todo tipo: viscosos, con moho y oscuros o bien con terraza para tomar el sol, con suelo de “parquet” y con vistas a l charco”. Pregunté precios y me quedé, lógicamente, el más solicitado: el viscoso, con moho y oscuro. Solo me costó 3 alas de mosquito, así que no dudé ni un momento en comprarla.
    Como hace cualquier rana, después de instalarse va a hacerse un chapuzón en su charquito. Era el sitio perfecto, cada vez lo tenía más claro. Me pase ahí horas y horas dando saltitos hasta que la vi...
    Salí lo más rápido que pude, pero cuando salí del charco me agarró una asquerosa humana princesa y empezó a darme besos a ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!





    Judit Vila
    4rt C

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  30. Me llamo Marg y tengo23 años ,Desde que nací siempre he sido una rana fea, gorda, asquerosa y de un color que no pegava con mi forma de ser. Cuando me tumbaba en los nenúfares de la charca estos se hundían. Cuando los peces me veían, salían corriendo. Incluso yo al ver mi reflejo en el agua me asustaba. Así es que decidí ponerme a régimen, no comía. Me pasaba todos los días tumbada al sol sin hacer nada y, de vez en cuando me daba un chapuzón.
    Al fin, pasados un par de meses comiendo solo un par de moscas a la semana e ir saltando de charca en charca haciendo deporte , conseguí adelgazar e incluso mi piel se volvió mas reluciente y por fin tenia el color que yo tanto deseaba . Todos los sapos querían estar conmigo, era la rana más famosa de mi charca y algunos sapos venían de otras charcas solo para hablar conmigo. Eso si que era vida! Pero un día, al salir de darme un buen chapuzón en mi hermosa charca, me agarró una asquerosa humana princesa y me miraba de ariba abajo hasta que empezó a darme besos para ver si me convertía en un repulsivo humano príncipe, ¡con lo bien que se está de rana en la charca!


    Marikena Gonzalez Viera

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